Fueron una herramienta política en los 90, más del lado de
los sectores conservadores que otra cosa aunque también hubo progresistas que
las crearon. Yo formé parte de una. También era una herramienta para los
movimientos sociales, que encontraban allí una figura legal desde la cual
gestionar fondos hasta entrada la era kirchnerista. Hubo de todo. Un tipo hace
mucho me decía que la de el, si bien era una ONG, y a pesar que el estatuto
legal las describe como organizaciones sin fines de lucro, era una organización
con fines de lucro porque quería que la gente cobrara por un trabajo. Yo entendí,
no le decía con mala intención, pero le respondí que en todo caso lo que tenía
que fundar era una Sociedad Anónima. Se enojó y dejó de hablarme.
Fue una forma de recomponer también el tejido social
destruido por décadas de individualismo neoliberal, y hubo quienes hasta
formaron bancos para pobres, mientras Bertold Bretch se revolcaba en su tumba,
más vale. Igualmente, en algunos casos eso valió un ministerio.
La situación de abandono en que dejaba a muchos el cada vez
más exclusivo estado neoliberal, potenció esta herramienta que en su lógica no
hacía más que apuntalar el achicamiento del Estado. La asistencia y el
desarrollo social de un país que el neoliberalismo abandonaba a su suerte,
quedaba en manos de estas organizaciones de bien intencionados, que abandonaban
la lucha para dedicarse a la resistencia.
Entrados los 2003, participé de una reunión en que el COPNAF
de Entre Ríos proponía un trabajo mancomunado –palabra horrible si las hay–,
con las ONGs. Había allí anarquistas dispuestos a crear un estado dentro del
estado, radicales, progres del centro geográfico, el de la organización con
fines de lucro y yo, que también estaba en una onegé. No se si peronista todavía,
pero kirchnerista seguro ya era. Entonces dije algo muy simple, la visión del
Estado cambió, las asociaciones civiles se formaron en los 90 contra el Estado
o sin el Estado, ahora hay que trabajar con el Estado. Por supuesto las
autoridades me felicitaron y me dijeron, nene encargate vos de escribir el
documento. Y yo no escribí una mierda, al fin y al cabo ellos tenían su secretaría
de prensa. Al poco tiempo pensé que las oneges, si alguna vez tuvieron razón de
ser, ya no la tenían, debían desaparecer o salir del ámbito social, dejar lugar
para la militancia, y renuncié a la onegé en la que estaba. Pasaron los años y
las ONGs volvieron a su lugar en la sociedad, es decir, espacios asociativos de
la derecha, en su gran mayoría.
Por experiencias como las de Venezuela y Bolivia, hoy
sabemos que estas asociaciones civiles, jutno con las fundaciones, que son lo
mismo aunque un poco más cajetillas, son las preferidas de Estados Unidos a la
hora de desestabilizar gobiernos populares, y las financia robustamente. Por ejemplo,
Laurita Alonso, la ídola de la gurisada derechista, está en una que recibe
financiamiento del querido Paul Singer, el titular del fondo buitre que quiere
cobrar 100 por lo que compró a 10. Pero hay muchas más organizaciones civiles
integradas por civiles del PRO, que reciben fondos humanitarios desde Estados
Unidos para, si no voltear, por lo menos desestabilizar los gobiernos de la
Patria Grande. Lo dicho, en la nota, en mejores términos en los siguientes
enlaces: http://networkedblogs.com/L6vAB; http://www.diarioregistrado.com/politica/74028-ongs-que-operan-contra-los-gobiernos-sudamericanos.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario