viernes, 10 de mayo de 2013

OjoNGS




Fueron una herramienta política en los 90, más del lado de los sectores conservadores que otra cosa aunque también hubo progresistas que las crearon. Yo formé parte de una. También era una herramienta para los movimientos sociales, que encontraban allí una figura legal desde la cual gestionar fondos hasta entrada la era kirchnerista. Hubo de todo. Un tipo hace 

mucho me decía que la de el, si bien era una ONG, y a pesar que el estatuto legal las describe como organizaciones sin fines de lucro, era una organización con fines de lucro porque quería que la gente cobrara por un trabajo. Yo entendí, no le decía con mala intención, pero le respondí que en todo caso lo que tenía que fundar era una Sociedad Anónima. Se enojó y dejó de hablarme.
Fue una forma de recomponer también el tejido social destruido por décadas de individualismo neoliberal, y hubo quienes hasta formaron bancos para pobres, mientras Bertold Bretch se revolcaba en su tumba, más vale. Igualmente, en algunos casos eso valió un ministerio.
La situación de abandono en que dejaba a muchos el cada vez más exclusivo estado neoliberal, potenció esta herramienta que en su lógica no hacía más que apuntalar el achicamiento del Estado. La asistencia y el desarrollo social de un país que el neoliberalismo abandonaba a su suerte, quedaba en manos de estas organizaciones de bien intencionados, que abandonaban la lucha para dedicarse a la resistencia.
Entrados los 2003, participé de una reunión en que el COPNAF de Entre Ríos proponía un trabajo mancomunado –palabra horrible si las hay–, con las ONGs. Había allí anarquistas dispuestos a crear un estado dentro del estado, radicales, progres del centro geográfico, el de la organización con fines de lucro y yo, que también estaba en una onegé. No se si peronista todavía, pero kirchnerista seguro ya era. Entonces dije algo muy simple, la visión del Estado cambió, las asociaciones civiles se formaron en los 90 contra el Estado o sin el Estado, ahora hay que trabajar con el Estado. Por supuesto las autoridades me felicitaron y me dijeron, nene encargate vos de escribir el documento. Y yo no escribí una mierda, al fin y al cabo ellos tenían su secretaría de prensa. Al poco tiempo pensé que las oneges, si alguna vez tuvieron razón de ser, ya no la tenían, debían desaparecer o salir del ámbito social, dejar lugar para la militancia, y renuncié a la onegé en la que estaba. Pasaron los años y las ONGs volvieron a su lugar en la sociedad, es decir, espacios asociativos de la derecha, en su gran mayoría.
Por experiencias como las de Venezuela y Bolivia, hoy sabemos que estas asociaciones civiles, jutno con las fundaciones, que son lo mismo aunque un poco más cajetillas, son las preferidas de Estados Unidos a la hora de desestabilizar gobiernos populares, y las financia robustamente. Por ejemplo, Laurita Alonso, la ídola de la gurisada derechista, está en una que recibe financiamiento del querido Paul Singer, el titular del fondo buitre que quiere cobrar 100 por lo que compró a 10. Pero hay muchas más organizaciones civiles integradas por civiles del PRO, que reciben fondos humanitarios desde Estados Unidos para, si no voltear, por lo menos desestabilizar los gobiernos de la Patria Grande. Lo dicho, en la nota, en mejores términos en los siguientes enlaces: http://networkedblogs.com/L6vABhttp://www.diarioregistrado.com/politica/74028-ongs-que-operan-contra-los-gobiernos-sudamericanos.html

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