Contra el ajuste K mediante inflación, reza uno de los
carteles universitarios en que la CEPA anuncia su congreso nacional en Paraná,
y la verdad es que hay que hacer una gran pirueta intelectual para deducir que el
incremento de los índices de inflación sería decisión del gobierno de Cristina.
Está bien, la CEPA, que es el frente universitario del PCR,
es un grupo
pequeño en el universo de la política, abocado a ganar centros de
estudiantes más que espacios de poder real. El dato de que el congreso sea en
Paraná, indica que además, está perdiendo la disputa nacional en la
universidad, no porque a ese espacio lo ganemos los kirchneristas precisamente,
si no el PO. El kirchnerismo sigue teniendo dificultades para lograr cierta
hegemonía universitaria aunque se puede revertir tras el considerable ingreso
de militantes K a la universidad como funcionarios, principalmente en la UADER.
Pero eso está por verse y en todo caso, no es un hecho de gran trascendencia si
tenemos en cuenta que la conducción de la universidad normalizada quedó en
manos de un sector afín al gobierno de Sergio Urribarri, de ahí que se esté
llenando de kirchneristas el gobierno popular. Se esperan grandes
transformaciones a partir de ello.
Volviendo al ajuste K, un estudiante que haya leído a Marx,
ni que hablar de los marxistas de la CEPA, entenderá que la inflación es una
herramienta por la cual el capitalista se sigue apropiando de una parte de lo
producido socialmente mediante la explotación de la fuerza del trabajo. Es decir,
sin invertir, sin producir más, extrae un poquito más de la ansiada plusvalía mediante
el incremento de precios no justificado en la cadena de producción si no en el
mero juego de la oferta y la demanda. La conclusión podría ser que quien
escribió el cartel es un pelotudo o un mal intencionado tratando de aprovechar
la confusión de algunos para llevar agua para su congreso, pero hay algo más.
Hay ese momento en que los extremos se manosean, en que un militante del PCR
como De Ángelis se posiciona como candidato del PRO, ese momento llamado
diversidad en que Pino y Lilita se abrazan, y el pelado Tumini y el huevo
Ceballos se besan con Prat Gay. Ese es el ajuste de la política, el cinturón
que achica el espacio para la oposición y los amontona a todos en un solo lado.
Ese cinturón se llama Cristina y proyecto nacional y popular. Entonces se puede
entender el cartel, aunque su decodificación sea inconfesable para un militante
que se considera de izquierda: el gobierno tiene la culpa de la inflación
porque favorece el aumento de salarios y ello ejerce presión sobre los precios.
Es la tesis de un economista liberal, que como suelo decir, son los más brutos
de lo economistas. En realidad, la inmensa mayoría de científicos y pensadores
de derecha son brutos, primitivos digamos. Pero ese ajuste de la política que
hace que los partidos de la oposición desaten una carnicería por un reducidísimo
espacio en las listas, también hace que la nueva versión de la Unión Democrática,
haga a izquierdistas decir que el problema de la inflación se soluciona
congelando salarios y jubilaciones, habilitando una mega devaluación, todo en tono de lucha revolucionaria contra hegemónica.
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