Hace unos días, en Buenos Aires, los opositores dueños del
campo hicieron una reunión para que un encuestador les dijera lo que Clarín les
viene diciendo desde hace un tiempo, pero con los números en la mano: chicos,
hagan algo, hay que sacar a esta gente votando otra gente, dejémonos de joder
con eso de la ideología y juntémonos para sacar a Cristina. El encuestador fue
más convincente, porque en esta nueva politización vía Lanata de la derecha, lo
que importa es quién mide. Sergio Berensztein hizo
una fácil ecuación que dejó
a todos boquiabiertos: si sumamos Venedetti más De Ángelis y le ponemos un
poquito de Busti, nos da arriba de Urribarri.
Dicen que es politólogo, bueno hay títulos para todo el
mundo. Difícilmente una ecuación tan básica pueda dar cuenta de una realidad
tan compleja, más aún cuando se trata de vaticinar resultados electorales en la
Argentina de hoy. Pero la cosa prendió, y los dirigentes radicales entrerrianos
que estaban en el encuentro dijeron Eureka!
Para las elecciones de octubre, hay poco para repartir, la
oposición es la que más bancas pone en juego y hay que comenzar a cerrar filas,
para colmo en la UCR, la militancia plantea la interna, no quiere tragar sapos.
Igualmente, la propuesta del encuestador sigue articulando una rara alianza,
aunque no tan patética como la del ruralista con Busti. Eso sí, si los
radicales se juntan con el Melli, lo cagan al conejo. El arco opositor disputa
sin sonrojarse el segundo puesto. Urribarri no se baja del 70% de imagen
positiva, y lo que queda para el resto es no perder tanto y actuar pensando a
futuro, seguir el derrotero de Lanata, hasta que el gordo reviente o vaya
preso, rogar por alguna catástrofe, o alguna hecatombe económica, y no mucho más
que eso. La gran trascendencia que hoy tienen pequeñas rencillas en el espacio
K, hablan a las claras de una oposición ausente, enredada en sus cálculos de la
real politik donde, mal que le pese al encuestador de corte Durán Barbiano, dos
más dos no es cuatro, y tampoco cinco.
Medir o no medir, esa es la cuestión. La esquizoide
trayectoria de De Ángelis, ecologista productor de soja del PCR devenido
candidato del PRO, con escasa formación política y errática militancia, no
desentona con sus posibles aliados, pero mide más. Es todo lo que se puede
decir, es todo lo que se dice de la estrella del momento, que desde un inicio
dijo que el encabezaba o encabezaba la lista, y ahora la UCR se la ofrece en
bandeja. El PRO, es una bolsa vacía, una unidad básica de Clarín, sin
militantes ni estructura partidaria, y eso es lo que le está ofreciendo el
radicalismo entrerriano. Entonces la alianza tiene chances… de un más o menos
honroso segundo puesto.
Se podrá decir que las alianzas son parte de las estrategias
políticas, y es cierto. Pero hay que ver de qué política hablamos cuando a tu
estrategia te la arma el reitin.
Lanata sostiene sus argumentos, sus denuncias, y junto a él
los editorialistas de Clarín, La Nazión y Perfil, en las mediciones de IBOPE,
si la gente se la come, entonces es cierto. ¿Qué importan los argumentos, la
justicia, las pruebas? Ya lo dijo el gordo, no seamos tarados, lo que el hace
es política… a machetazos.
El Melli mide, y por el momento domina el tablero opositor.
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