miércoles, 19 de septiembre de 2012


Maestros: la opinión de un grande



Martín Caparrós debería formar parte de nuestro equipo, si contáramos con el presupuesto adecuado, pero no, ahí los tiene a los amarretes empresarios privados que no se deciden a poner la papota en este medio auténticamente independiente y nos priva así de la opinión de un grande entre los grandes.
Pero volvamos al querido Martincito. Como el tipo es un groso de verdad, nunca se entiende demasiado lo que quiere decir y por eso apelamos a los expertos en análisis del discurso para aclararnos un poco el balero y hacernos entender qué quiso decir Caparrós con ese lenguaje exquisito, sutil y elitista con que nos deleita en cada una de sus notas. No encontramos a los expertos, uno porque estaba de viaje, otro porque estaba laburando en lo de un pariente y el tercero quiso cobrar, así que le pedimos al estudiante avanzado en comunicación social que tenemos trabajando por dos mangos que hiciera el análisis sobre la siguiente nota de opinión que levantamos de un medio digital que a la vez levantó de otro, y la nota quedó bastante bien, veamos entonces qué dice, y cómo lo dice –que en este caso es lo más importante–, Martín Caparrós sobre el proyecto de Reforma de la Constitución que impulsan los alcahuetes y felpudos del gobierno nacional para obligarnos a reelegir a Cristina indefinidamente.


“Cada vez se habla más de la Rerre” arranca Caparrós y ahí ya te metió un neologismo que seguramente se pondrá de moda entre los jóvenes que, como corresponde, no participan ni entienden nada de política, y viven puteando contra el gobierno, como corresponde. “Aunque decir que cada vez se habla más de la Rerre es caer en la trampa de creer que “se habla” –que millones de personas hablan– de lo que parloteamos políticos y periodistas” hujum, si si, tiene razón Martín, entonces nadie habla de la Rerre.

“Entonces, va de nuevo: los políticos y los periodistas hablan cada vez más de la Rerrelección, entendida como la reforma constitucional que le permitiría a la doctora Fernández atornillarse a su sillón y a su cadena por unos años más”, ahí ya te la mandó a guardar. Dos definiciones, por un lado Cristina quiere “atornillarse”, es decir perpetuarse en el poder, al mejor estilo del dictador Chávez que somete y sodomiza al pobre pueblo venezolano; y por otro lado, “a su cadena”, ahí está hablando de la cadena nacional pero también de una cadena que nos oprime, nos golpea todo el tiempo y nos impide ver Tinelli.
“La operación – acá con la elección del término te está diciendo algo, ojo, esto no es espontáneo ni a político, que es como se hacen las cosas, si no organizado, pergeñado, es una operación sucia e infecta, cargada de ideología y malas intenciones – que supo ser rumor durante meses, se va clamorizando”, me detengo en esta última palabra, clamorizando, claro, mediante la operación, el poder manipuló a vastos sectores de la población que ahora creen que quieren auténticamente la reelección de Cristina, cuando en realidad están siendo llevados de las narices con la promesa de un choripan y una coca. “Ya salieron a defenderla gobernadores e intendentes –soldados de quien sea que sea el jefe– que arguyen, a la peronista descarnada, que “si el pueblo lo quiere el pueblo debe tenerlo” y que “no permitir que la presidenta se presente es proscribirla”. Son argumentos conocidos: ya los sostenía un tal Carlos Saúl. Y el segundo es patético por bobo, pero es un corolario del primero”, opa opa, acá se complicó el panorama por lo intrincada y erudita de la definición: está diciendo que Menem es lo mismo que Cristina.  

“El primero, eso de que el pueblo debe poder decidir si quiere Rerre, tiene un problema: esta república –tan mejorable”, te está diciendo que esta república no es la mejor del mundo, más bien bastante mediocre, no como Brasil o Chile, que sí son países serios– “está basada en un principio más o menos filosófico: que hay reglas básicas consensuadas que se mantienen por encima de la voluntad mayoritaria de cada momento. ¿Eso está bien o mal? Yo creo que está bien: que esos principios existen para prevenir momentos de ceguera populista. Se podría discutir. Y, para no usar los clásicos ejemplos de Hitler o de Mussolini, podríamos usar el clásico ejemplo de la pena de muerte”, qué habilidad, diciendo que no quiere utilizar ejemplos clásicos, en definitiva te los usa. “En la Argentina, desde hace décadas –y más en los momentos, como éste, de furia segurista” ahí te metió otra definición grosa “furia segurista”, que todos queremos seguridad enfurecidamente, y claro, como no, si en este país lo chorros tienen privilegios–, “las encuestas muestran una mayoría cómoda de ciudadanos a favor de la pena de muerte. Y, aún así, no se instituye el asesinato de Estado porque se supone que el principio del respeto a la vida está por encima de esa voluntad popular. ¿Está bien o está mal? Yo creo que está bien”, bueno, ahí no se si estamos de acuerdo, yo creo que el que mata tiene que morir, pero estamos en democracia y tenemos derecho a pensar distinto.

“La idea de que una misma persona no debe gobernar durante décadas es otro de esos principios fundadores. ¿Está bien o está mal? Yo creo que está bien. La Argentina no solo rechazó una de las formas de la monarquía, el gobierno de un rey: se supone que las rechaza todas. Monarquía quiere decir gobierno de uno. Que a ese uno o una lo legitimen un dios o una diosa o un pueblo o una puebla no cambia el hecho de que el gobierno de uno o una es un fracaso de cualquier idea o ideo de pluralidad social” jajaja, que juego de palabras, eh, no te digo que el chavón es un groso, y de paso te aclaró que este gobierno es una monarquía, una dictadura del populacho, y sigue: “de construcción política, de capacidad de autogestión de una sociedad”.

“Otros no están de acuerdo” muuuchos no estamos de acuerdo Martín. “Por eso salieron ahora los intelectuales comprometidos –e incluso casados– de la Carta Abierta que postulan, empecinados, que el mantenimiento de la presidenta en el poder es la única forma de continuar este proceso –que, parece, no resulta del esfuerzo de un partido o un movimiento sino de una señora: que no es nada sin esa señora”, y te lo dijo nomás, esos intelectuales de “la Carta Abierta” –fíjese la forma peyorativa–, todos pagos con la plata de los jubilados, lo que quieren es engatusarnos con palabras difíciles. “Debe ser triste aceptar que, tras diez años mandando, un grupo no ha sido capaz de crear las estructuras y energías necesarias para no necesitar desesperadamente a una persona. Debe ser triste tener que reconocer que, si no pudieron hacer eso, es difícil que puedan hacer cualquier otra cosa. Debe ser triste obligarse a olvidar que la famosa política, tan de vuelta, tan en el centro –de la nada”, atenti, en el centro de la nada he “– últimamente, consiste al fin y al cabo en formar conjuntos de personas que pretenden lo mismo: conjuntos, no rebaños; grupos de hombres y mujeres unidos por sus ideas, no seguidores que se desharían sino tuvieran a papá o mamá delante; ciudadanos, no súbditos”, listo, te pintó de cuerpo y alma a los kirchneristas, todos comprados, un rebaño sin ideas que hace lo que papá o mamá les dice, unos auténticos pendejos, a los cuales, si no te diste cuenta, los trató de incapaces. Grande Martín, no te mueras nunca!

“Pero ése no es el tema. El tema es que, con distintos slogans, el gobierno impulsa su Rerre, y a mí me intriga que así sea. Porque, más allá de ciertas discusiones, proponerla sería el favor más grande que le podría hacer a esta oposición aturullada, embobecida que tan bien lo sirve”, eso, esta oposición que no es ni siquiera capaz de acordar con la embajada de Estados Unidos para llevar adelante un golpe institucional como le hicieron al comunista Lugo en Paraguay, ese sí que es un país serio.

“Si la Rerre está realmente en juego, las elecciones legislativas de 2013 se volverán un campeonato interesante. Si esa votación –que, si no, sería casi banal– debe decidir si Rerre o no Rerre, los partidos opositores tendrían un foco común, esa prenda de unión que no tienen ni tienen por qué tener –porque son sectores distintos con proyectos distintos”, ahí te respetó la diversidad de opinión. “Pero contra la Rerre sí: todos podrían unirse en ese punto solo, firmar un compromiso de que sus elegidos se opondrán a cualquier proyecto reeleccionario. Entonces, sin perder sus particularidades, todos esos partidos representarían al mismo tiempo el No de un plebiscito sobre la perpetuación de una persona en el poder. Y, así, transformarían una pinche elección de medio término en barricada contra una forma moderna de la monarquía” grosoooo, te tiró las pautas para unificar de una bendita vez a la oposición y todos se encolumnen detrás de Mauricio.

“Si el gobierno quería mejorar en el noble arte del esputo ascendente –vulgo, escupir para arriba”, repito, ¿no es un groso Martín?– “no podría haber imaginado nada mucho mejor. Digo: nada aceleraría tanto su descomposición como la propuesta de la Rerre. Porque, insisto, entrega en bandeja una causa a sus timoratos adversarios: “la República –con erre mayúscula, por supuesto– está en peligro”, empezarán a decir los que siempre la pusieron en peligro, y también los que alguna vez incluso intentaron defenderla, y se sentirán intrépidos cruzados”, no se casa con nadie, he, no es ningún boludo.

“Y porque, al mismo tiempo, la propuesta obliga a sus aliados y seguidores y entenados a tragar otra píldora dura, a abundar en su abundante sapofagia” –abundante sapofagia: confluencia de sapo, batracio, y fagia, de fagocitare, comer: tragasapos– “, o a rebelarse de una vez y abandonarla: los pone entre la nada y la pared”.
“Unir y justificar a los enemigos, dividir y apretar a los amigos: hay que estar muy asustado, muy sin otros recursos para lanzarse en tal pendiente. Es preocupante: después de todo, manejan el país”, viste están asustados y manejan el país, por eso quieren hacer votar a los presos, a los bolivianos, a los paraguayos, a los nenes que deberían estar estudiando a nuestros próceres y no haciendo política con la Cámpora, como supo decir el querido Eduardo.

“Lo cual no significa que no haya que cambiar cosas de esta Constitución”, claro el tipo no se opone a la reforma de la constitución, pero en otras condiciones, con otro gobierno y otro pueblo, no la actual berretada poco seria y aislada del mundo. “La Constitución argentina de 1994 está llena de errores que merecen ser cambiados –aunque antes, también, está llena de aciertos que merecen ser cumplidos. Pero si quieren mejorarla, muchachos, toquen todo menos lo que no se toca: no habiliten otra vez la jefatura sin límites, la sumisión a una persona. No estamos bien, pero con un monarca siempre estaremos un poquito peor. Eso, creo, lo sabemos muchos”, ¿te quedó claro? En resumen, Cristina con la cadena nacional y los comunistas de la Cámpora lo que quieren es instaurar una monarquía financiada con la plata de los jubilados, que nos someta y nos impida pensar diferente, por eso la reforma de la constitución. Por eso hay que estar en contra de la reforma de la constitución, porque hay una sola constitución, la de 1853.

Fuente: El País”, y claro, la fuente es todo el país, es un país entero el que le dice no a la dictadura monárquica de los K, si a la compra de dólares!!

No hay comentarios: