lunes, 25 de febrero de 2013

Siempre me mandaban al lento




La educación formal es aquella que nos adapta desde temprana edad a este sistema y esta sociedad, nos normaliza, estandariza. Nos domestica, digamos. La escuela primaria y secundaria es obligatoria, y en mi caso particular la padecí. Mi educación la he construido de alguna manera, separándome de eso que aprendí. A leer me enseñó mi abuela, igual que el gusto por la lectura, era autodidacta ella, aunque no aprendió mucho, sabía bastante. Sólo fue hasta tercer grado y comenzó a trabajar a los 12 años. Recuerdo que mis segundas madres siempre me mandaban al grado b o c, no me acuerdo la nomenclatura, porque ellas le llamaban el lento, así le decíamos todos. Y yo siempre quería estar con mis primeras madres: mi mamá y mi abuela, a ellas yo les parecía una maravilla, las otras siempre me estaban molestando porque no copiaba lo del pizarrón y siempre estaba mirando por la ventana, en silencio. No entendían qué me pasaba y la vivían llamando a mi mamá porque yo era raro. Supongo que por eso me mandaban al lento, ahí íbamos a parar los que éramos lentos de entendederas, al otro, que no le llamaban el rápido, sino el A, iban los rubios, extraña coincidencia, los blancos, con más guita, y más lindos nunca iban al lento, será genético? Naaaa, luego lo entendí, y cuando fui más grande me arrepentí de la alegría que sentí el día que me pasaron del lento al A. Sobre todo porque en el Lento estaban mis amigos, pero en ese momento lo sentí como un logro, mi mamá y mi abuela se pusieron contentas. Pero ahí quedaron mis amigos y mi hermano del alma que es mi primo y se llama Monchi, y Sabattini, que era re parecido a Charly García y se hacía barba de papá noel con plasticota, y Kunzi, y Firinguleyro, con el que comíamos carlitos y estábamos en la casa solos porque la mamá se iba a trabajar toda la tarde y escuchábamos mil veces un disco del que sólo nos gustaba un tema: duerme negrito. Y Maitenón, que era más grande y fumaba.
Claro, nadie quería estar en el lento. Pero cuando fui desaprendiendo me di cuenta que ese era mi lugar, esa es la gente que yo quiero, la que iba al lento, digo, y por eso, a la secundaria la odié, la pasé raspando, porque siempre me escapaba para juntarme con los que seguro en la primaria, fueron al lento...

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