domingo, 27 de octubre de 2013

Hoy gana Urribarri



A un político se le pueden pedir muchas cosas diferentes, contradictorias, inconexas, pero lo que nunca se le puede dejar de pedir es que gestione y lo haga bien. El Pato, se mostró como un gran gestor. Esa muy buena gestión, esa incansable actividad que agota a opositores y ministros, es el sustento de su caudal electoral, su piedra angular. Pero gana porque tiene más que eso.

El Pato canta, baila con las viejas, toca la guitarra, juega a la pelota, corre, se tira al agua, discute, propone y escucha. Enfrente están la cobra Benedetti, Busti, De Ángelis. No tienen con qué darle. Tratar de igualarlo sería peor, sería falso y el Unabomber sojero ya tiene demasiado con eso de sobreactuar su perfil campechano.
La campaña de Urribarri fue muy buena en lo comunicacional, amén de ciertos detalles machistas que todos debemos ir sacudiéndonos del lomo. Un mensaje claro, obviamente apoyado en la gestión y un leit motiv que si logró calar en la población, podría sorprender en su traducción en votos. El sueño entrerrianos desveló a los opositores que se quedaron pedaleando en el aire y puteando mal. Mostrando demasiada agresividad en un momento en que la población comenzó a relativizar el mensaje opositor duro y contra un gobernador que provincia adentro tiene el afecto de un sector y el respeto del otro. Lilita no hizo más que agregarle un salvavidas de piedra al saco de plomo que ya traen los radicales. Alfredo se contenta en mostrar cuan segundo es, evitando mencionar cuanto se acerca al primero.
Pero el Pato tiene más.
Es un político audaz, lo demostró en varias oportunidades, y tal vez eso, le valió el mítico “ahora entiendo porqué Cristina hincha tanto las bolas con vos”, del querido y recordado Néstor. Y será un gesto de audacia el que largamente se viene anunciando en los medios: su arribo a la Jefatura de Gabinete de la Nación.


José tendrá nuevamente un desafío por delante, pero no será el primero y tiene handicap. Se jugó en los momentos difíciles, con todo por perder. Cuando ponerse frente a los tractores que avanzaban tocando pito era casi eso, un acto suicida. Acá está. Le sobra pulso para asegurar la continuidad de las políticas desarrolladas hasta el momento y en marcha, mejorar los conseguido dependerá del plus que le pueda imprimir a la gestión, pero eso es materia de otro post, o no.

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