Los pibes del FEF parecen estar más perdidos que militante de Lilita Carrió, y no es para menos, las idas y venidas de su líder
se parecen más a las de Pato Bulrrich que a las estrategias de un conductor indiscutido.
Será que sus compañeros no se animan a discutirle nada y por eso lo ven
haciendo el ridículo?
En un documento que no tiene más objetivo que ir a la caza
del protagonismo perdido, pretenden criticar de alguna manera el asado de
Alak en la ex Esma, denunciando sobreactuación de parte de los funcionarios
kirchneristas. Claro, ahora piden justicia por Rucci, pero hace poquito, aunque
no parezca, Busti asumía su tercera gobernación en nombre de los 30 mil
desaparecidos, participaba de la marcha del 24 de Marzo, buscando a los codazos
el primer lugar en la columna. Antes, a instancias del querido Mencho Germano,
había avalado la creación del Registro de la Memoria, tomando parte en la
interna de las organizaciones de Derechos Humanos. Ahora considera que el
gobierno intenta cooptar a las organizaciones de DDHH, las cuales no deben
formar parte del Estado. Tarde, tardísimo. Su ex delfín, José Carlos Halle, los
hizo parte de su malogrado gobierno municipal y financió sus actividades. Pero no
se sobreactuó el compromiso de Halle con los Derechos Humanos, única cucarda
viable para su postulación. Tampoco se sobreactuó la expulsión a patadas del ex
presidente de la departamental paraná del PJ, actual diputado hasta hace poco
por el FEF, Rubén Almará, por decirle a Estela Carlotto, lo que acostumbraba oír
en los asados, no en la Esma, si no en lujosas quintas, de boca de sus
compañeros.
Eso sí, reconocen del gobierno nacional “varias de esas
conquistas”, referidas a la búsqueda de la Verdad y la Justicia en torno a los
crímenes de la dictadura genocida. A que gobierno le reconocerán el resto?
Lo profano, por su irreverencia, tiene un secreto poder:
desencantar al poder, desnaturalizarlo. Lo profano juega con aquello que para
la mayoría es sagrado, intocable, impensable, y de esa manera arrebata al
poderoso su poder, naturalizado por lo sagrado. Bajo la luz de lo profano, lo
sagrado se desnaturaliza, se resignifica. Desde luego que hay que tener estomago
para comerse un asado en la Esma, pero más difícil es ser valiente y conjurar a
la muerte con la vida, trocar el asadito de los verdugos, por el asado con los
amigos.
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