viernes, 4 de enero de 2013

EL ASADITO


Los pibes del FEF parecen estar más perdidos que militante de Lilita Carrió, y no es para menos, las idas y venidas de su líder se parecen más a las de Pato Bulrrich que a las estrategias de un conductor indiscutido. Será que sus compañeros no se animan a discutirle nada y por eso lo ven haciendo el ridículo?

En un documento que no tiene más objetivo que ir a la caza del protagonismo perdido, pretenden criticar de alguna manera el asado de Alak en la ex Esma, denunciando sobreactuación de parte de los funcionarios kirchneristas. Claro, ahora piden justicia por Rucci, pero hace poquito, aunque no parezca, Busti asumía su tercera gobernación en nombre de los 30 mil desaparecidos, participaba de la marcha del 24 de Marzo, buscando a los codazos el primer lugar en la columna. Antes, a instancias del querido Mencho Germano, había avalado la creación del Registro de la Memoria, tomando parte en la interna de las organizaciones de Derechos Humanos. Ahora considera que el gobierno intenta cooptar a las organizaciones de DDHH, las cuales no deben formar parte del Estado. Tarde, tardísimo. Su ex delfín, José Carlos Halle, los hizo parte de su malogrado gobierno municipal y financió sus actividades. Pero no se sobreactuó el compromiso de Halle con los Derechos Humanos, única cucarda viable para su postulación. Tampoco se sobreactuó la expulsión a patadas del ex presidente de la departamental paraná del PJ, actual diputado hasta hace poco por el FEF, Rubén Almará, por decirle a Estela Carlotto, lo que acostumbraba oír en los asados, no en la Esma, si no en lujosas quintas, de boca de sus compañeros.

Eso sí, reconocen del gobierno nacional “varias de esas conquistas”, referidas a la búsqueda de la Verdad y la Justicia en torno a los crímenes de la dictadura genocida. A que gobierno le reconocerán el resto?

Lo profano, por su irreverencia, tiene un secreto poder: desencantar al poder, desnaturalizarlo. Lo profano juega con aquello que para la mayoría es sagrado, intocable, impensable, y de esa manera arrebata al poderoso su poder, naturalizado por lo sagrado. Bajo la luz de lo profano, lo sagrado se desnaturaliza, se resignifica. Desde luego que hay que tener estomago para comerse un asado en la Esma, pero más difícil es ser valiente y conjurar a la muerte con la vida, trocar el asadito de los verdugos, por el asado con los amigos.  

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