Para garantizar
nuestro derecho a pensar distinto y no ser víctimas de la coacción y la mentira
K, el republicano Grupo Clarín tomó una valiente decisión: denunciar a todos
los periodistas que día a día nos ofenden con su falta de pensamiento crítico y
tratan de meternos violentamente el discurso único en la cabeza.
Sandra
Russo, Edgardo de Petri (sic), Martín Sabbatella, Juan Cabandié, Roberto
Cavallero (sic), Julio Alak, Carlos Zannini y Javier Vicente, son los voceros
del gobierno que constantemente nos machacan el discurso único, generando la
ira, el mal humor y los arrebatos de violencia de la gente bien, tales como
taxistas y almaceneros, ahora denunciados por el Grupo.
La conducta
de estas personas “pone en riesgo la integridad física de funcionarios y
periodistas de medios” y “también afecta directamente nuestra libertad de
determinación”, aclara la presentación judicial. Debemos entender que lo
expresado por el Grupo que aglutina lo más elevado del pensamiento diverso y el
libre albedrío en cuanto a lo que al ejercicio del periodismo se refiere, nos representa
a todos y busca darle una solución final a una situación que no se aguanta más.
Claro que los ultra k rentados no tardaron en
dirigir sus ataques hacia el periodismo independiente, como lo demuestra el hecho
que el CELS, organismo encabezado por el líder montonero, Horacio Verbitsky,
asumirá la defensa de los voceros presidenciales en cuestión. De esta manera
queda demostrado que el único objetivo de la mentada Ley de medios K es llenar
al país de Sandras Russos, Javieres Vicentes y Martines Sabbatellas.
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